jueves, 14 de julio de 2011

Efraín Recinos

Nace el 15 de mayo de 1928 en la ciudad de Quetzaltenango. Ingeniero Civil de profesión, graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala.
También tiene estudios de Acústica con el Doctor Wilhelm Jordan, de Dinamarca.
Estudios de dibujo y escultura en la Escuela Nacional de Artes Plásticas y en el Instituto de Leicester, Inglaterra dibujante, pintor y escultor desde los años 50.
Algo sobre su Obra:
Su obra desborda pasión e inteligencia, emparentado con el surrealismo, pero con un sello inconfundible y personal, acentúa la fantasía aumentando el cromatismo. Pero si la razón domina, en su obra plástica impera lo sensorial que resurge como nueva en cada una de ellas.

Si revisáramos el conjunto de sus plástica, veríamos en ella la pureza de sus intenciones, aunado a un idealismo indiscutible. Su pintura es directa y muy meditada, aunque hay momentos en que resurgen nostalgias. Toda su obra es de una composición grandiosa, estructurada con firmeza, y el color confirma esta aseveración.


Obras más importantes:
Mural Poniente del Crédito Hipotecario Nacional.
Murales interiores y exteriores de la Terminal Aérea "La Aurora".
Mural de la Biblioteca Nacional.
Murales del Conservatorio Nacional de Música.
Murales, Fuente y Parque de la Industria.
Parque infantil zona 18.
Stand del Café de Guatemala.
Diseño y Construcción del Teatro Nacional de Guatemala.
La restauración y remodelación del Conservatorio Nacional de Música.




También se interesó por la práctica de las disciplinas como la arquería, básquetbol, patinaje sobre hielo y ajedrez.
Después de su carrera intermedia, llegó a la facultad de Ingeniería de Universidad de San Carlos – ya que en esa época no había aún Facultad de Arquitectura –. En el año de 1953 se destacó como mejor alumno.
Un año más tarde, participó en un concurso donde presentó una perspectiva de una vivienda en la cual utilizó técnicas de paisajismo aprendidas en la infancia, el premio lo llevó a ser parte de la Dirección de Obras Públicas, entidad del gobierno a cargo de la construcción de la infraestructura en el país. Así inició una carrera como dibujante de presentación arquitectónica, en la cual les hacía las presentaciones a los arquitectos Montes, Pelayo Llarena, Haeussler. En este período involucró a sus propios personajes, que poco a poco se convirtieron en protagonistas de sus creaciones y hoy forman parte de figuración que lo caracteriza.
Dos años después, en 1956, ganó el examen privado de la carrera de Ingeniería con una Especialización en Estructuras con lo cual pasó a ser Jefe de la Sección de Diseño en Obras Públicas.  Por las noches y fines de semana pintaba y empezó un proceso de inmersión en el arte de la escultura.
En 1967, se casó con la dama que lo conquistó años atrás, Elsa, con quien procreó a su única hija, Lorena.
Al año siguiente, en 1968 y por espacio de casi un año fue a  estudiar cerámica, mosaico y vidrio soplado al Instituto Politécnico de Leicester, Inglaterra. En este tiempo nace Lorena.
Premios
En 1959 ya con el talento artístico más definido y con rasgos intelectuales que superaban por mucho la media de sus compañeros,  participó en un certamen universitario, con el cuadro titulado “Indigestión de Tamales”, de donde se desprende una de las miles de anécdotas que adornan su vida: Resulta que a los miembros del jurado no les gustó el nombre de la obra y cometieron la falta de pedirle que se lo cambiara por Abstracción, a lo cual él se negó rotundamente.   Sus compañeros le apoyaron y los jurados decidieron dividir el premio entre 3 estudiantes: Amerigo Giracca, Elmar Rojas y Efraín Recinos.
En 1962, ganó el primer premio del Certamen Nacional Carlos Valenti, con su cuadro La Huella de mis antepasados y, a partir de ese momento, lo empezaron a tomar en cuenta y es así como se comenzó a ganar un espacio grande en el mundo del arte.
En 1963, con su obra La Noche de los Mayas, logra afianzarse entre los artistas jóvenes de la época.
En 1964, los organizadores del conocido Certamen Juannio, que apoya obras del Instituto Neurológico de Guatemala, llegaron a su estudio y le invitaron a participar en la subasta.  Él no creía que los cuadros que tenía embodegados pudieran servir, pero ellos se llevaron dos. ¡Vaya sorpresa que se llevó! Durante la subasta y de quetzal en quetzal, el precio se empieza a subir y el cuadro Diablos Morados alcanza la exorbitante cantidad de Q.400.00.  Desde entonces ha colaborado en Juannio.  También ha donado gran cantidad de obras para fines culturales y de beneficencia.

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